CAUSA Y EFECTO
Por José Antonio de la Vega Moreno
Los resultados de Rosa Isela Sánchez Soya a un año de haber tomado las riendas de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, sus resultados son nulos.
A poco más de un mes que presentara su informe en lo público, con números altamente cuestionables; y a días de haber acudido al Congreso del Estado a presentar su informe fue prácticamente por la puerta de atrás del poder legislativo.
Los Derechos Humanos en Puebla no están dando resultados a un año de haber llegado al encargo Rosa Isela.
Los números lo dicen todo: 46 resoluciones frente a las más de 8 mil quejas que dicta el documento del organismo de derechos humanos, nada, no hay respuesta.
La Comisión Estatal de Derechos Humanos guarda silencio en varios aspectos: la marcha del pasado 15 de noviembre por la generación Z; un hombre agredido en la manifestación, mutis total.
Pese a presumirse una institución descentralizada del gobierno en la entidad, no hace ningún favor al poder estatal que encabeza Alejandro Armenta Mier, pues la aleja de su acción de humanismo que labra y practica el ejecutivo.
Los Derechos Humanos en Puebla son nulos.
Por eso la preocupación de aquellos que llegan a tocar las puertas de la dependencia, porque no encuentran o encontrarán eco en sus denuncias.
En un dato importante, es que el año fiscal que está por concluir es calificado o se perfila como uno de los periodos con menor número de recomendaciones emitidas por la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla en los últimos diez años, de acuerdo con el registro anual disponible.
La función de Rosa Isela Sánchez Soya pasó un pésimo primer año, el peor evaluado desde que se fundó dicha dependencia.
Sánchez Soya no ayuda en nada y eso se plasma por su inoperatividad.
Sánchez Soya tendrá en su consciencia que privar a las personas de sus derechos humanos es poner en tela de juicio su propia humanidad (anónimo).







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