Por José Manuel Trinidad Corona/ Piwi
En medio de la belleza natural y la rica cultura de Puebla, un problema apremiante se ha apoderado de la región: la escasez de agua. Esta crisis hídrica ha estado afectando a comunidades enteras, poniendo en peligro la salud, la seguridad alimentaria y el bienestar de miles de pobladores.
La falta de agua potable se ha convertido en una preocupación constante para los habitantes de Puebla, quienes se enfrentan a severos racionamientos y a la necesidad de recurrir a fuentes no seguras para satisfacer sus necesidades básicas. Esta situación ha dado lugar a un aumento de enfermedades relacionadas con el consumo de agua contaminada, así como a conflictos por el acceso a los escasos recursos hídricos disponibles.
Los expertos señalan diversas causas para esta crisis, que van desde la sobreexplotación de los acuíferos hasta el cambio climático y la deficiente infraestructura de distribución de agua. Ante este panorama desolador, es urgente que se tomen medidas concretas para abordar esta problemática de manera integral.
Organismos gubernamentales, instituciones académicas y la sociedad civil deben unir esfuerzos para implementar políticas que promuevan la conservación del agua, la gestión sostenible de los recursos hídricos y la concienciación sobre la importancia de este recurso vital. Asimismo, es fundamental invertir en infraestructura hidráulica moderna y eficiente que garantice un suministro equitativo y seguro de agua para todos los habitantes de Puebla.
La escasez de agua en Puebla no es solo un problema local, sino un recordatorio de la fragilidad de nuestros ecosistemas y de la necesidad imperante de adoptar un enfoque más responsable y sostenible hacia el manejo de nuestros recursos naturales. Es hora de actuar con determinación y solidaridad para preservar el agua, fuente de vida y elemento indispensable para el desarrollo y el bienestar de las generaciones presentes y futuras.
En lo últimos meses la escasez de agua ha sido preocupante, uno de los glaciales más importantes del Iztaccíhuatl está seco, la mayor parte de la personas que han logrado subir cerca al volcán se han percatado de que esa laguna ya no filtra agua y por ende ya no se auto llena. Es glacial, provee aguas a comunidad de la zona del Izta-Popo, misma que son utilizadas para aguas de riego y animales de granja.
La sobre explotación de los mantos acuíferos de los municipios en esta zona, esta siendo escaseada principalmente por empresas transnacionales que dedican a vender agua y productos como refrescos o bebidas energéticas.
En tanto, lo municipios están observando la sequía de sus barrancas con agua, jagüeles y ríos, que están altamente contaminados. Y que desde este artículo marcamos el antecedente de una gran problemática en evitable .