Hace muchos años escribí sobre la inflación de la ley. Cada día tenemos más leyes, pero al tener más, parece que valen menos. Hay una sobre producción legislativa en nuestro país. Valdría mucho más la pena que las leyes vigentes fueran aplicadas y no crear más para jugar con la percepción de los ciudadanos. Pero ¿Reformar la constitución o sus leyes está mal? La respuesta sin duda es: NO. Lo que está mal, es pretender generar cambios con fines meramente electoreros, a éste ritmo son capaces de abolir la pobreza por decreto, eso de nada nos serviría. Dejando éste pensamiento muy en claro paso al tema sobre el cual me gustaría compartir mi pensar.
El pasado 5 de febrero el presidente de la República propuso diversas reformas a la parte orgánica de nuestra Constitución. Creo que antes de desechar todo el paquete, la oposición tiene que ser responsable; debe de analizar lo que es viable o lo que no. Esa idea -que creo-, han querido transmitir diciendo que todo es malo, no ayuda al debate al que deberíamos de sumarnos todos los ciudadanos desde nuestras trincheras. Aunque las posiciones sean muy contrarias, la tolerancia, el diálogo y la tendencia a llegar a buenos acuerdos deben de ser el talante del debate que iniciará ésta semana en la Cámara de Diputados.
Uno de los temas que más tocan las reformas, es el relacionado al sistema por el cual elegimos a nuestros representantes populares. Derivado de lo anterior, el día domingo 18 de febrero hubo una manifestación en las principales ciudades del país; cientos de miles de mexicanosse manifestaron por lo que ellos consideraron la defensa de la democracia. Lo he dicho en público, en privado, desde siempre; estoy a favor de que la sociedad se organice para manifestarse pacíficamente con una finalidad. De eso se trata la democracia y los valores que de ella emanan. Celebro que hayan dejado el discurso: “el INE no se toca”, pues tan el INE se ha tocado que hasta cambió de nombre. Sigo pensando que le falta contenido a su discurso, o a lo mejor sólo saber transmitir mejor cada una de las cosas con las que no están de acuerdo. Hablar de las reformas una por una. A mi me gustaría preguntarles a los asistentes si sabían bien a bien el motivo de la manifestación, y no por eso estoy diciendo que estoy a favor de las reformas. Estoy diciendo que lo primero que se necesita para la defensa de la democracia son contrapesos serios, informados, con conocimiento.
Como ya reiteré, estoy a favor de las manifestaciones en plazas públicas, siempre y cuando se desarrollen en paz. Pero sí soy muy crítico de éstas. Creo que sirven para visibilizar un problema y exigir a la autoridad pueda voltear a ver a una parte de la sociedad, pero dicha actividad debe de estar acompañada de una estrategia en todos los ámbitos. Una manifestación que como consecuencia no tiene acciones concretas que estén basadas en ley, por muy rosa y copiosa que se vea, es una manifestación estéril. Es decir: se realizó la manifestación y como sociedad y gobierno que se manifestó ¿qué sigue? Se vale pensar diferente, es más: son necesarios los contrapesos
Espero que los que el domingo se manifestaron tengan un seguimiento, si no parecería un mero acto político, un mitin “anti”. Debo decirles que el ser “anti” nunca me ha parecido muy buena idea, me parece muy radical y poco constructivo. Mi reacción después de la marcha es: “bueno y entonces…”.






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