Pero la Policía Estatal de Puebla les cerró el paso. La respuesta no tardó: alrededor de 150 hombres encapuchados, autodenominados “Pueblos Unidos”, bajaron de la sierra y del otro lado del límite estatal. Se plantaron en el punto conocido como “la caja de agua”, entre Azumbilla y El Seco, y clausuraron la carretera con tractocamiones en ambos sentidos. No pasaron ni motos ni ambulancias. Nada.
Los comunitarios no solo bloquearon: tomaron una patrulla de la Policía Estatal de Veracruz, la retuvieron como moneda de presión. Exigen una sola cosa: que liberen a los suyos. No están jugando.
Arriba, en el cielo, un helicóptero artillado vigila la escena. La tensión se corta como alambre oxidado. La autoridad estatal está cercada y cauta; los inconformes, atrincherados y decididos.
Mientras tanto, la carretera permanece cerrada, el miedo se respira y el conflicto podría escalar
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