Por Manuel CARMONA
El paradigma dominante que nos dejó las siete décadas de hegemonía priísta y que paradójicamente aún no ha cambiado a pesar de 25 años del inicio de la alternancia política en el país, a partir del arribo del PAN a la Presidencia de la República en el año 2000, es que la transmisión del poder se sigue dando por designación, es decir, a partir de la decisión individual de un Gran Elector.
Llama mucho la atención que para explicar y entender los procesos de sucesión, muchos aún se siguen recargando en diversas figuras caducas acuñadas en el viejo régimen, como es “el tapado”, los operadores electorales y el gran favorito (a) mejor conocido como el delfín por citar algunos ejemplos, perdiendo de vista que este tipo de prácticas fueron exitosas a partir de la lógica política de un partido gobernante cuyos cimientos fueron la COHESION, la cual en este momento YA NO EXISTE.
Lo que debemos ponderar con mucha acuciosidad es que el 2 de julio del año 2000 el PRI no solamente perdió por primera vez la Presidencia de la República, sino que ocurrió algo mucho más profundo: murió un régimen y sus consecuencias fueron que cambiaron para siempre las reglas de la competencia electoral.
Nació un nuevo ecosistema en el cual los procesos sucesorios dejaron de definirse a partir de una selección en función de los intereses de una élite, para convertirse en un esquema de LIBRE COMPETENCIA, sujeto a muy diversas variables de acuerdo a cada circunstancia social, política y económica del país en el momento de la elección..
Por esa razón es que si bien es cierto, es un hecho notorio y público que el Gobernador del Estado ha dejado ver una marcada inclinación por la Presidenta de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso del Estado Laura Artemisa García Chávez, para que sea la candidata de Morena a la Presidencia Municipal de la capital del Estado, esto no significa necesariamente que así será, como un hecho fatal e inevitable.
La maestra Laura Artemisa es el proyecto del Ejecutivo y es completamente válido y legítimo su derecho de pretender que el armentismo PUEDA TENER CONTINUIDAD, no obstante para que esto ocurra deben alinearse una serie de factores adicionales, toda vez que en el tablero del ajedrez político en el estado el gobernador sin lugar a dudas es una figura sumamente relevante, pero resulta que NO ES EL UNICO JUGADOR.
En el tablero de ajedrez al igual que en el escenario político, hay caballos, alfiles, torres, un Rey (Gobernador) y una Reina (Presidenta) y muchos peones y cada pieza cuenta, unas tienen mayores ventajas en cuanto a su movilidad y eficacia respecto a otras, pero cada pieza cuenta e incluso un peón puede coronarse y aún sin hacerlo, puede jugar un rol clave y decisivo dentro de un movimiento para lograr un jaque mate.
Desde luego que cualquiera desearía tener el visto bueno del Rey (Gobernador) y se traduce en una gran motivación, pero insisto, en los actuales escenarios de alta competencia, iniciar la partida con la calidad de el Gran Favorito (a) NO ES SUFICIENTE, es un espejismo que nos proyecta una imagen errónea de la realidad.
Hoy en día los procesos de asignación de las candidaturas de mayor relevancia, como es en este caso la candidatura a la Alcaldía de la quinta ciudad más importante del país, debe pasar por varios filtros o aduanas. Sin duda que la opinión del Gobernador influye o cuenta, pero NO DEFINE.
Falta ver si no tiene algún inconveniente la Reina (Presidenta), podría dar la sorpresa y “sugerir” a alguien que se encuentre en su ánimo dentro de su círculo cercano.
Falta ver como jugarán los demás interesados en la candidatura, particularmente aquellos que se les identifica como “los puros”, que tanto están dispuestos a ejercer presión, negociar ó boicotear el proceso en caso de no resultar favorecidos, incluso alguno o algunos podrían cambiar de camiseta llevándose también a una parte de sus huestes.
Falta ver como moverán sus fichas la dirigencia nacional y estatal del partido en el poder, en este momento no se sabe como jugarán y a favor de quién. Recordemos que Morena no es un partido político tradicional donde impere la cohesión, sino por el contrario se encuentra instalada una diversidad de criterios y de posiciones y eso ha dado como resultado su atomización y fragmentación interna.
Falta ver cómo se encuentra ranqueado el partido empezando el 2027, como esté en ese entonces el escenario social, político y económico será determinante para la toma de decisiones. Si el partido estuviera bien evaluado en las encuestas en ese momento, entonces habrá condiciones para poner a quien sea, con LA TRANQUILIDAD y SEGURIDAD de que la marca por si sola, arrastrará sin mayor contratiempo a la victoria electoral a sus candidatos.
No hay que perder de vista que la maestra y diputada Laura Artemisa no ha podido crecer en las encuestas como se esperaba y eso será un factor importante a considerar a la hora de la verdad.
Si por alguna razón la marca partidista no estuviera viviendo sus mejores momentos en los meses previos a la definición y existe la probabilidad de que pudiera estar muy competida la elección, el candidato (a) SERÁ el MEJOR POSICIONADO (a), sin importar de que corriente o facción emane, simplemente todo mundo cerrará filas y se impulsará a quien tenga mejor intención de voto, al que garantice la continuidad del partido gobernante.
Después de todo, la política siempre ha sido y será un asunto de intereses, conveniencias y aunque el elegido (a) no sea santo de la devoción del Gobernador terminará por apoyarlo. Así ha sido esto siempre.
* El autor es abogado, escritor y analista político
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