La comunidad de Chiautempan recibe con tristeza el cuerpo de Mariano N., víctima de un ataque armado en el tianguis de San Martín Texmelucan.
Guadalupe Ixcotla, Tlaxcala.– En una noche marcada por el silencio y la tristeza, el cuerpo de Mariano N., comerciante y líder comunitario, regresó a su tierra natal para ser velado entre oraciones, lágrimas y muestras de solidaridad. La comunidad entera lo recibió con respeto y dolor, luego de haber sido asesinado a sangre fría el pasado lunes en el tianguis de San Martín Texmelucan.
Pasadas las 10 de la noche del martes 24 de junio, la carroza fúnebre arribó al barrio de Ixcotla. En la vivienda que durante años fue su hogar, familiares, amigos y vecinos esperaban su llegada. El ambiente era sobrecogedor: pasos lentos, rezos en voz baja y un silencio que lo decía todo. El cuerpo de Mariano, de 53 años, descansaba en un ataúd color caoba, envuelto en el luto de una comunidad que aún no asimila su partida.
Un adiós compartido
Desde tempranas horas del martes, la noticia de que el cuerpo sería entregado a su familia movilizó a decenas de personas. Sin necesidad de convocatoria formal, vecinos y conocidos comenzaron a llegar al domicilio familiar. El dolor era colectivo. Mariano no era un desconocido: además de ser comerciante de textiles en distintos tianguis, fue presidente de comunidad en 2010 y uno de los principales impulsores del Tianguis Guadalupano, un espacio que promovía la economía y la tradición local.
Su muerte ha conmocionado a comerciantes y autoridades. El ataque ocurrió a plena luz del día y a quemarropa, frente a su puesto de venta en el tianguis de Texmelucan. A pesar de la rápida llegada de los servicios de emergencia, Mariano ya no presentaba signos vitales. Hasta el momento, la Fiscalía de Puebla mantiene abierta la investigación, sin que se haya detenido al responsable.
Luto en Ixcotla
La noche del martes, mientras las luces de las velas iluminaban discretamente la entrada del domicilio, vecinos llegaban con flores y palabras de aliento. Su esposa Hilda, junto a sus hijos Mariana, Arturo y Emiliano, recibía las condolencias sin poder ocultar el impacto de la tragedia. Aún no se ha confirmado la hora de la misa de cuerpo presente, pero se sabe que tendrá lugar en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, templo al que Mariano asistía con regularidad.
Posteriormente, sus restos serán sepultados en el panteón de la comunidad, donde descansará junto a generaciones de pobladores que, como él, hicieron de Ixcotla un lugar de identidad y lucha.
Una pérdida que deja huella
El asesinato de Mariano ha puesto de nuevo sobre la mesa la creciente inseguridad que enfrentan los comerciantes ambulantes en la región. Sin embargo, por ahora, su comunidad prefiere enfocarse en el duelo, en rendir homenaje a su memoria y en acompañar a su familia en este momento devastador.
Mariano será recordado no solo por su oficio, sino por su calidad humana y su compromiso con su gente. Su legado como líder y promotor de las tradiciones locales queda como un faro de inspiración para quienes lo conocieron.
En Ixcotla, el dolor se convierte en unidad. Las oraciones no cesan y las promesas de no olvidar su nombre comienzan a brotar entre quienes lo lloran. Porque cuando se va uno de los suyos, el pueblo entero llora, pero también se levanta.
Con información de Armando Pedroza