Puebla, Pue. – Aunque suene sorprendente, cada día unas 100 toneladas de material celeste ingresan a la atmósfera terrestre. Afortunadamente, la mayoría son partículas diminutas que se desintegran antes de causar daño. Sin embargo, hay millones de rocas más grandes flotando en el espacio, remanentes de la formación del sistema solar, algunas con potencial real de amenaza si entraran en una órbita de colisión con la Tierra.
Uno de estos cuerpos es (99942) Apophis, un Asteroide Potencialmente Peligroso (PHA) que pasará “cerca” de nuestro planeta este 5 de marzo a las 7:15 p.m., hora de Puebla (6 de marzo a la 1:15 UT). Aunque pasará a una distancia segura de 43.89 veces la distancia Tierra-Luna, su aproximación representa una oportunidad científica invaluable para estudiar sus características y refinar sus predicciones orbitales, especialmente de cara a su próximo acercamiento en 2029, cuando pasará a solo 31,000 km, más cerca que algunos satélites geoestacionarios.
🪐 ¿Qué sabemos de Apophis?
- Tamaño: Entre 225 y 375 metros, con forma elongada
- Composición: Asteroide de tipo S, rico en silicatos
- Rotación: 30.4 horas
- Traslación alrededor del Sol: 323.64 días
- Masa: 300 veces más que el meteorito de Tunguska (1908) y 5,000 veces más que el de Chelyabinsk (2013)
Apophis fue descubierto en 2004 por los astrónomos Roy Tucker, David Tholen y Fabrizio Bernardi desde el Observatorio Kitt Peak en Arizona. Su nombre, inspirado en el dios egipcio del caos, no es casualidad: en sus primeros cálculos, existía un 2.7% de probabilidad de impacto con la Tierra en 2029. Sin embargo, observaciones posteriores descartaron esa amenaza.
🌌 Importancia científica y defensa planetaria
A la fecha, se han identificado el 98% de los Asteroides Cercanos a la Tierra (NEA) mayores de un kilómetro. No obstante, aún existen millones por descubrir. Alrededor de 2,000 son PHAs, es decir, asteroides que pueden pasar a menos de 0.05 UA (unos 7.5 millones de kilómetros).
La campaña de observación en torno al paso de Apophis en 2021 se convirtió en un ejercicio global de defensa planetaria. Astrónomos de todo el mundo, incluyendo México, han unido esfuerzos para:
- Caracterizar el asteroide: su tamaño, forma, composición y rotación.
- Simular un “descubrimiento”: como si Apophis no se conociera, para medir la capacidad de respuesta de la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN).
- Modelar escenarios de impacto: desde zonas urbanas hasta áreas costeras y plantas nucleares, con estrategias de mitigación.
🇲🇽 Participación de México
Desde el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), astrónomos están utilizando la Cámara Schmidt de Tonantzintla (Puebla) para monitorear el asteroide y determinar posibles cambios en su rotación. Además, entre el 5 y 10 de marzo, el Observatorio Guillermo Haro en Sonora realizará estudios espectroscópicos para analizar cambios en su superficie conforme se acerque a la Tierra.
🔭 Observaciones clave desde EE.UU.
Aunque el radiotelescopio de Arecibo ya no está operativo, el complejo de Goldstone enviará señales de radar hacia Apophis del 3 al 10 de marzo, cuyos ecos serán recibidos por el radiotelescopio de Green Bank en West Virginia. Estas observaciones serán esenciales para reconstruir su forma exacta y dinámica orbital.
🌐 ¿Estamos en peligro?
La probabilidad de impacto en 2029 es casi nula, pero cada nueva observación mejora los modelos predictivos para futuras aproximaciones: 2036, 2044, 2051, 2058, 2068, 2073 y 2080.
Aunque Apophis no representa una amenaza inmediata, sí es un recordatorio de que la vigilancia del cielo es vital para nuestra seguridad a largo plazo. El estudio de este asteroide es una pieza clave en la preparación ante posibles amenazas reales en el futuro.
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